miércoles, 26 de marzo de 2014

Llevo tiempo sabiendo que lo bonito de encontrar es haber perdido antes.

He buscado entre las calles la mínima oportunidad que pudiesen darme de perderme. 
Llevo tiempo sabiendo que lo bonito de encontrar es haber perdido antes. 
Que yo he perdido, el tiempo, a personas y sobretodo la calma. 
Vivo en un eterno estado mental de prisas y agobios al que siempre llego tarde y cada vez de peor forma. 
Ya no disfruto de los pequeños momentos y la vida es un poco más agria de lo normal. 
Me ha dado por pasear por tus calles, Malasaña. Por colarme en cualquier bar con poca luz y dejarme llevar con la canción que suene en el momento. 
He visto a hombres con la cara hasta los pies, dejándose el sueldo en cervezas que solo les llevaban a tropezarse en la esquina del mismo bar, o en la propia puerta. 
He visto como chavales se metían de todo en cualquier baño en busca de una salida. 
Y yo que siempre pensé que mi salida eras tú. 
Me has picado y hundido en puntos de mí que ni siquiera conocía. 
No voy a hablar de tus manos, ni tus besos, ni los polvos. Hoy no.
Te he superado, o eso repito cada vez que el ron se acaba y a mí se me va la cabeza por alguna que otra calada más.
Supongo que la vida es eso que pasa mientras yo duermo y tú simplemente vigilas el escote de cualquier mujercita que te prometa un par de besos. 
Voy a salir a buscar miradas en el metro, tengo tiempo de encontrar alguna que me salve durante un rato en las diecisiete paradas que tengo de mi casa a Bilbao. 
Prometeme que hoy no llamarás. 
No quiero despertarme mañana con dolores de cabeza por cualquier mensaje tuyo y no por la resaca. 
Es tarde para hablar de momentos bonitos, amor. 
Tú y yo no sabemos lo que es eso. 

jueves, 13 de marzo de 2014

Más comodosleones que nunca

Tengo algo así como dos leones por aquí dentro. 

Podría decir que uno bueno y otro malo, pero no sé. 

El caso es que los dos se matan y mueren por ti. Que me llevan loca por la vida buscándote en cada esquina, en cualquier lugar en el que puedas aparecer para abrazarme y que se calmen y se sientan tan seguros como llego a sentirme yo. 

Uno de ellos tiene la completa seguridad de que nunca vas a mirar a nadie como me miras a mí, que no vas a recorrer la tripa de nadie como lo haces con la mía. Que no vas a acariciar a nadie con tanto amor (y permíteme llamarlo así, amor).


El otro tiene miedo, de que cualquier día te hartes de mis manías, de mis feas ganas de enfadarme a menudo, de quererte siempre más. Tiene miedo de las lágrimas que me provoca un amor que quema, porque está mucho más vivo de lo que nadie llega a estar nunca. 

Así que entiende que haya veces que me sienta demasiado segura y otras que solo quiera que me demuestres todo de golpe, que me abraces y el tiempo se pare o el mundo no gire, que sé yo.
Pero quédate, aquí muy cerquita. Que pueda olerte, verte, oírte, tocarte, besarte.. 

Quédate, porque no sé que sería de mí si algún día decides marcharte.

lunes, 10 de marzo de 2014

zeroanueve

Me busca con la mirada entre el resto de la gente.
Y la encuentra. 
Y sonreímos como auténticos idiotas.

He dejado que conozca mis puntos fuertes 
y ha caído en la tentación de conocer los débiles
y yo no soy capaz de decirle que no a nada. 

Ha decidido pasarse las horas acariciando mis lunares
y yo solo quiero apoyarme en su pecho a ver pasar los días
y sé que en las noches cambiaremos de posiciones,
seguramente sea yo la que pase a acariciar sus lunares
y el se apoyará en mi pecho y besará los míos. 

He descubierto que solo necesitaba
que lamiera mis heridas
una a una. 
Que escocieran y dolieran lo suficiente
como para saber que me estaba curando.

Me ha besado en cada recoveco de mi cuerpo
y juro que no hay nada más bonito 
que el último beso que roza en mi boca
cuando va a sonreír. 

Tiene los mofletes perfectos
para pasarme la vida mordiéndolos.
Y lo hago. 

Me he visto reflejada en sus ojos
y me siento tan bonita a su lado 
que me he dado cuenta de que son ellos
los que me devuelven la magia 
que tanto necesito. 

Es él quien me hace vulnerable
y fuerte.
Así que he decidido quedarme
en sus brazos, 
a su lado. 

Para quererle y así poder quererme yo
por ser capaz de dar un poco de felicidad
a la persona que se encarga de la mía.

Que la eternidad tarde lo que quiera
he encontrado mi sitio en este mundo
y no pienso irme a ningún lado.

sábado, 1 de marzo de 2014

Vuelvo

Vuelvo,
con un corazón no nuevo, 
pero sí repleto de magia. 
Con ganas de enamorarme
y enamorarte
cada día, como si fuese el primero, 
como si fuese ese trece 
que trajo a mi vida la buena suerte 
y sobretodo, 
el amor. 

Vuelvo, 
para perderme en ti 
y saber que siempre 
vas a encontrarme. 

Vuelvo, 
para desearte cada día, 
con las ganas que se le tiene
a un amor platónico y que yo,
sólo quiero depositar en ti. 

Vuelvo para sentirte. 
Para que me beses 
y me hagas olvidar 
que el mundo gira alrededor.
Para dejar que metas divertido 
la mano entre mi falda y yo, te diga 
que las manos van al pan 
pero te deje hacer. 
Porque, repito,
te deseo a cada instante. 

Vuelvo para quererte, 
por ser la mirada que llena mis vacíos, 
que es capaz de descomponerme
recomponerme 
con sólo un par de pestañeos. 
Por ser las manos 
que me hacen vibrar 
y perderme 
y que son capaces de sostenerme 
cuando sólo soy capaz de caer. 

Te quiero, 
por devolverme las ganas de ser feliz,
 a tu lado.