El tiempo, aliado o enemigo, va a lo suyo, sigue pasando sin tener en cuenta lo que sientas, necesites o merezcas.
¿Sabes esos momentos en los que no sabes lo que sientes? Pues eso me ha traído a mí el tiempo: inseguridad y desencanto.
Mi desencanto consiste en el final del amor, cuando por mucho que intente(no que lo intentemos)salvarlo no veo ni la mínima posibilidad.
No sé si lo que hacemos es jugar a que nos queremos o a hacernos a la idea de que hace tiempo que el amor acabó.
Pero, qué harías tú... Cuando ya no sientes ese vacío en el pecho cuando hay demasiado espacio entre vosotros, cuando un 'para siempre' pierde la magia y el sentido.
Yo lo que hago es luchar, o tirarme de cabeza contra un muro, no lo sé. El caso es no rendirme.
Recuperar la magia es muy fácil cuando estamos cerca, cuando nadie puede separarnos, cuando ni el silencio estorba. Pero es muy difícil cuando te encantan otras, cuando dejo de pensar en ti por intentar ilusionarme hasta por haber sido capaz de respirar un segundo más.
Sé que si me dices 'ven' voy a dejarlo todo, pero también sé que no lo dirás.
lunes, 10 de septiembre de 2012
viernes, 7 de septiembre de 2012
Me dijiste que no creías en los 'para siempre', sabías que nunca creí en los 'jamás'. Es ley de vida, cuando dejas de querer algo llega a tu vida, cuando más lo necesitas se va. Es como los finales, que llegan cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo vuelve a estar bien. No quiero quererte y aún así cada día te quiero más. Te odio por cada sonrisa que me sacas y por cada lágrima que derramo por ti. Vete, vete lejos y para siempre, no quiero que vuelvas a mí, por el simple hecho de que no se vivir ni contigo ni sin ti. No existe peor dolor que perder a la persona que quieres, o sí, ver como le vas a perder sin que nadie más se dé cuenta. Es la peor sensación del mundo. Eres el único capaz de hacer brillar mis ojos, el único por el que daría todo, aún sabiendo que no lo merecemos. Y qué si nos queremos si esto no nos llevo a ningún lado. Si el amor es locura, y el nuestro nos empieza a volver locos. Enamórate de otra que sepa hacerte feliz, a mí ya no me quedan fuerzas.
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