El tiempo, aliado o enemigo, va a lo suyo, sigue pasando sin tener en cuenta lo que sientas, necesites o merezcas.
¿Sabes esos momentos en los que no sabes lo que sientes? Pues eso me ha traído a mí el tiempo: inseguridad y desencanto.
Mi desencanto consiste en el final del amor, cuando por mucho que intente(no que lo intentemos)salvarlo no veo ni la mínima posibilidad.
No sé si lo que hacemos es jugar a que nos queremos o a hacernos a la idea de que hace tiempo que el amor acabó.
Pero, qué harías tú... Cuando ya no sientes ese vacío en el pecho cuando hay demasiado espacio entre vosotros, cuando un 'para siempre' pierde la magia y el sentido.
Yo lo que hago es luchar, o tirarme de cabeza contra un muro, no lo sé. El caso es no rendirme.
Recuperar la magia es muy fácil cuando estamos cerca, cuando nadie puede separarnos, cuando ni el silencio estorba. Pero es muy difícil cuando te encantan otras, cuando dejo de pensar en ti por intentar ilusionarme hasta por haber sido capaz de respirar un segundo más.
Sé que si me dices 'ven' voy a dejarlo todo, pero también sé que no lo dirás.
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