Treinta.

Por ti cariño, soy capaz de bajarte las estrellas para observar... si son tan brillantes como tu sonrisa.

Felicidades mi amor, te amo.

Que culpa tengo de que seas tan fiera.

Tú, que ahora eres todo. Adoro perderme en tu boca, quizás porque allí los problemas desaparecen y solo quedan sueños en forma de besos. Ese segundo en el que chocan nuestros dientes y chirrían de pasión. Que te quiero, que me quieres... Con eso basta. Poco a poco aunque no nos demos cuenta pasa el tiempo, y yo cada día soy más feliz a tu lado.

Dándonos más besos que estrellas saldrán hoy.

Joder, que me encanta, que ya no es que me guste, es que me vuelve jodidamente loca. Que si es cierto que hay veces que le mataría, pero adoro ver su cara cuando se pone celoso y me dice que pegaría a cualquiera que me hiciera algo. Que cada vez que me abraza se para el mundo. Que no necesito nada, que sé que cuando quiera me voy a dar la vuelta y él va a estar ahí, con sus miles de risas y sonrisas. Que nunca en mi vida se me había pasado el tiempo tan rápido como se me pasa con él. Que no para de sorprenderme a cada segundo. Que le da igual que estén mis padres o quien sea, que si le apetece verme me ve. Que yo si que no le puedo decir que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna. Que si, que siento como él puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir viva. Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente él, rendido a ese puto milagro que supone que exista. Que yo si que puedo decir bien alto que le quiero por encima de cualquier pero. 

When did it all stop making sense?

Da un poco de miedo lo rápido que puede irse todo a la mierda. A veces se necesita una enorme pérdida para recordar lo que más te importa. A veces te encuentras a ti mismo haciéndote más fuerte como resultado. Más sabio, mejor equipado para lidiar con el siguiente gran desastre que venga. A veces... Pero no siempre.