lunes, 20 de mayo de 2013

Comprendes con los años, lo aprendes si hace daño.

Fui todo aquello que ahora odio.
Quise con todas mis fuerzas y perdí. 
Era capaz de apostarlo todo sin pensarlo dos veces.
Caía con las dos primeras tonterías. 
Pensaba que ser débil era mi mayor debilidad, y sé que eso me hizo fuerte.
Si me hablabas de orgullo, bueno, eso no existía en mí. 
Fui feliz, para ser sinceros, pero de esa felicidad ciega.

Quizá perdí por haber cambiado.
Por no quererlo apostar todo.
Por no seguir ciega.
Que ahora me quedo con lo bonito, pero ya no olvido nada.
Las puñaladas por la espalda me las quedo grabadas en cicatrices como si de tatuajes se tratara.
Ya no duele, lo que antes mataba.
Ya no me importa callar bocas, ya no importa lo que pienses.

Lo bueno de controlar mis sentimientos, es que así no siento nada por nadie.
Así no se sufre, y eso es demasiado tentador.
Sé lo que vas a decir de que no sentir es una mierda, pero mírame, he llegado a este punto por sentir demasiado. 

Cuando pienses en olvido acuérdate de mí, de verdad, porque el olvido no existe. 



domingo, 12 de mayo de 2013

Por verte sonreír, he vuelto yo a caer.

Que sinceramente nunca voy a dejar de luchar por ti, ni el día en el que me dejes de querer. Que solo quiero siestas contigo, desayunos sin desayunar... Es un te quiero de los de llorar, porque no te puedes explicar como una ratilla de 1'70 de 17 años pueda ser la razón para sonreír las 24 horas. Nuestra primer beso con sabor a Negrita, nuestra primera ducha, el día que quedamos en los bomberos y me escondí para que no me vieras y te picaste, luciernaga, el viaje a Londres, los abrazos por el Almazán,  las llamadas desde Granada, nuestras pestañitas...      Encontrarte ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, poder quererte hasta sentir que me quemaba por dentro, el regalo diario de verte sonreír. Quizás no tenga fuerzas para sufrir, y aún así siempre las tendré para quererte.

sábado, 11 de mayo de 2013

It´s time.

Maldiciendo 
cada  rincón de Madrid
en el que te besé-


Te llamaré huracán, llegas, desordenas todo y te vas. 

Que fácil y bonito sería que nunca cambiases, que fueras siempre el mismo.

No entiendo por qué desapareces cuando más te necesito, cuando más te deseo, cuando he encontrado a la persona perfecta.

Has hecho que deje de creer en los te quieros y en los besos a quemarropa. 

La poesía no me llena desde que te fuiste, y es que tú eras poesía. 

Quizás te fuiste para no doler, pero creas dolor a mi alrededor. 

Eres un egoísta. 

Ojalá nunca hubieses aparecido en mi vida cabrón, porque conocerte fue mi puta ruina. 

Así que Querido Amor, ya que te has ido no vuelvas. 

Le estoy pillando el encanto a esto del corazón frío como el hielo.