domingo, 12 de mayo de 2013

Por verte sonreír, he vuelto yo a caer.

Que sinceramente nunca voy a dejar de luchar por ti, ni el día en el que me dejes de querer. Que solo quiero siestas contigo, desayunos sin desayunar... Es un te quiero de los de llorar, porque no te puedes explicar como una ratilla de 1'70 de 17 años pueda ser la razón para sonreír las 24 horas. Nuestra primer beso con sabor a Negrita, nuestra primera ducha, el día que quedamos en los bomberos y me escondí para que no me vieras y te picaste, luciernaga, el viaje a Londres, los abrazos por el Almazán,  las llamadas desde Granada, nuestras pestañitas...      Encontrarte ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, poder quererte hasta sentir que me quemaba por dentro, el regalo diario de verte sonreír. Quizás no tenga fuerzas para sufrir, y aún así siempre las tendré para quererte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario