martes, 30 de octubre de 2012

30 de Octubre.

- Yo un chulo de mierda que pensó que volverías, tú una pija de mierda sin saber lo que querías. 

Volví, joder que si volví. Cada día buscaba encontrarte. Intenté hablar contigo de todas las maneras posibles, con tu odio por delante impidiendo cualquier tipo de contacto. Volví, hablé con tus amigos, hice todo lo posible por recuperarte. Estuve ahí en la buenas y en las malas, esperando. Tú, o tu odio, no me veíais.  Solo oía reproches, insultos y tu orgullo volando por cada rincón. No sé como tienes la vergüenza de decir que no volví, de decir que no sabía lo que quería. Te quería a ti y solo a ti. No como tú, que no me has querido desde hace mucho tiempo, no nos engañemos. 
Me cansé, el tiempo curo poco a poco las heridas, suelo estar bien, ya nadie duele tanto aquí dentro. Lo siento, ahora no puedo volver, cada día queda más claro que no me mereces. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Que grande me sentía teniéndote conmigo.

Fuerzas, ¿qué es eso? Ya no quedan. Las fuerzas eran las que me impulsaban a luchar por ti, a llegar tarde a clase todos los días por ver tu carita de sobado. Eran las que hacían que me tragara el puto orgullo y fuera tan solo tu chica de entre-semana. Eran las que soportaban estar horas y horas hablando el domingo de lo bien que te lo habías pasado con otras la noche del sábado. Son las que me impulsaron a perdonarte ese 1 de enero, porque sin ti no podía seguir adelante. Son los cuatro días que aguanté sin verte al llegar a Madrid. Son las ganas de matar a cada persona que se acercara a ti por puto interés, a todas esas personas que te hicieran daño, incluida yo. Son las ganas de besarte el lunes, el martes, el miércoles, el jueves; pero sobre todo el viernes, el sábado y el domingo. Son las que me hacen escribir cartas que luego no soy capaz de enviarte. Son las que me hacen quererte cada día un poco más. Pero como ya te he dicho, esas fuerzas ya no están. Se han ido esfumando con cada insulto, con cada 'no quiero volver a saber nada de ti', con tus 'ojala te quedes más sola que nadie'. Las fuerzas se fueron el día que me miraste con desprecio, con ese odio que solo llega cuando el amor se ha ido, o había vuelto. Porque lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos. 

domingo, 21 de octubre de 2012

Recordé sin querer como era el tacto de tu piel, y sin duda aún te llevo en vena.

No recuerdo que sentí de verdad por última vez, cual fue el último abrazo, o en que beso volví a enamorarme de ti. No sé en que suspiro sentí que te querría para siempre o en que mirada decidí que no quería perderme en otros ojos. No sirve de nada pedir perdón cuando el corazón ha sido invadido por el orgullo, o cuando es demasiado tarde. No tengo remedio, cada domingo te echaré de menos sin poder ocultarlo, como lo hago el resto de la semana. Te siento tan lejos aún estando tan dentro de mí. Nunca pensé que querría olvidarte, nunca pensé que querría tirar la toalla. Pero, ¿de qué sirve que te diga que te quiero? ¿que intente lo imposible por tenerte una vez más? 
Mañana volverá a ser otro día de mierda, no sabremos querernos, aunque lo hagamos con más fuerza que nadie. No podemos prometernos el cielo si ni siquiera tenemos un puesto asegurado aquí abajo. 'Para mí, tú' eso no se borra, está grabado a fuego en el único sitio donde el orgullo no entra en mí, donde los problemas hacen daño y el amor juega a sus anchas, a la izquierda de mi pecho. Pero, ¿'el, para ti, yo'? ¿qué ha sido de él? Hacía tiempo que no sabía nada. Hacía tiempo que me sentía sola, aunque aún pudiera rozar tu labios.
Perdona que te haya escrito otra vez, lo había vuelto a prometer. Pero ya sabes, soy la mala, la que miente y la que hace daño. Lo siento. Te quise, te quiero y te querré. Has sido Mi Persona, esa que permanecerá siempre en mí. 

sábado, 6 de octubre de 2012

It hurts intead

No se puede hablar de amor si no te han roto el corazón antes. Igual que no se puede hablar de borracheras sin haber bebido. 
Dime cuánto tiempo llevas sin sentir mariposas, sin quedarte con esa sonrisa de tonto con la que solías mirarme nada más verme. Dime dónde están todos esos te quieros que escucharon mil veces estas cuatro paredes entre las que sobrevivo. Dime dónde están cada una de tus miradas, con esos ojos rojos y achinados tras del porro de después o el de despedida. Dime de qué sirvieron esas L de Love o de Weed. Dime si en algún momento te has visto reflejado en los ojos de otra como lo hacías en los míos y si solo han sido intentos fallidos de olvidarme. Dime qué todo es una mierda y que mañana volveré a sonreír. Dime a qué saben los besos de otras bocas después de los míos. Dime como se siente el placer sin amor. Dime qué el tiempo pasa demasiado despacio sin mí, porque no quiero pensar que me estoy volviendo loca. Dime si has sido capaz de tener la ropa de otra tirada por el suelo de tu habitación de una forma tan bonita como solía dejarla yo. Dime si alguien ha sido capaz de cargarse las escaleras de tu cama por tus jodidas cosquillas. Dime si te sabes de memoria todos sus lunares, como lo haces con los míos, y las escaleras que tienes que subir hasta llegar a casa. Dime si has soñado en ir a buscar a otra con la moto. Dime si te ves enamorado de otra loca que te sepa valorar, respetar y proteger. Dime que no me quieres, dime que tras todo ese orgullo no se esconde mi nombre en cada pensamiento. Dime que no deseas ver mi culo andando por tu pasillo. Dime que no eres un cobarde de mierda que piensa que la libertad es liarse con cien en una noche y no dar explicaciones. Dime que cada noche no me deseas a mí abrazada a ti. Dime que me has olvidado. Dímelo y te juro que me voy.