sábado, 26 de abril de 2014

No hay bien que por mal no venga.

He encontrado en la comisura de tu boca 
el precipicio del que no quiero dejar de tirarme. 

He encontrado en tus brazos esa lancha salvavidas 
que tanto necesitaba.

He encontrado en tu pecho el hogar que tanto deseaba
y quizás sea porque el que late dentro está hecho de pedacitos 
de ti y, espero, que poco a poco también de mí. 

He querido decorarlo con flores y por ello he tenido que llorar en él, 
para regarlas y verlas florecer al darme cuenta que es el lugar 
que un día tanto deseé,
que he encontrado, 
y del que no pienso marcharme. 

Entiende que no quiera que recorran mi cuerpo otras caricias
y que he elegido tus ojos para perderme una y otra vez.

Y entiende que pierda el sentido por tu magia...

Quiero que sepas que no hay bien que por mal no venga
que los problemas pasan y tú te quedas, 
como yo, 
que vengo para quedarme 
y no irme nunca. 

lunes, 7 de abril de 2014

El arte o la desgracia de no saber.

No sé si tengo un puñal en el pecho o una pistola en la cabeza. 
No sé que manos sujetan el gatillo y cuales han usurpado mi pecho. 
No sé si tendrán la piedad de dejarme sobrevivir ni sus motivos para no hacerlo. 
No sé si volverá a salir mañana el sol después de ponerse tras esas cuatro torres que adornan el cielo de Madrid. 
No sé si la noche te traerá a mi lado o solo me acercará las ganas de huir un poco más.
No sé si siento frío o calor. 
No sé si el tiempo curará mis heridas o hará que sangren más. 
No sé donde están esas fuerzas de las que tanto me ha gustado siempre presumir ni si es que (por fin) se han acabado. 
No sé nada, la verdad. 
Así que si son tus manos las que poseen el puñal o el gatillo no tengas piedad. 
Déjame sentir un último suspiro de resignación, un último "que lástima me doy a mi misma" y no tengas piedad. 
Yo seguiré viva, siempre he sido de espíritu eterno y de no rendirme.