Que culpa tengo de que seas tan fiera.
Tú, que ahora eres todo. Adoro perderme en tu boca, quizás porque allí los problemas desaparecen y solo quedan sueños en forma de besos. Ese segundo en el que chocan nuestros dientes y chirrían de pasión. Que te quiero, que me quieres... Con eso basta. Poco a poco aunque no nos demos cuenta pasa el tiempo, y yo cada día soy más feliz a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario