El verano había pasado
con su característica rapidez
y dejándome muy mal sabor de boca.
La sangre alterada de la primavera
había llegado hasta él para todos,
menos para mí.
A mí, me recorría
un frío infernal por las venas.
Más característico
de mi querido otoño.
Que esperáis encontrar en mí...
No lo haréis.
Mi diablo interior,
cada día más externo.
Mi coraza,
cada vez más fuerte.
No me voy a justificar,
ni a decir que cambiaré,
porque no lo creo.
No me pidáis que sea clara,
porque no me gusta serlo.
Con lo bonito que es descubrir a alguien.
Por las cosas fáciles
se pierde el interés.
No sé si alguna vez de verdad
me descubriste, o no.
Solo sé que ahora ya,
no quiero ser descubierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario