martes, 3 de diciembre de 2013

Fuimos más fuertes que la propia fuerza de la gravedad.

"Y terminamos rebañándonos, 
relamiéndonos los dedos 
en señal de rendición."


Sé que recuerdas cada esquina de mi cuerpo en todos los formatos. 

Puede ser, que cierto día viajaras por mi mente a tus anchas derrumbando y construyendo todo lo que te venía en gana. 

Conozco en tus ojos ese brillo de felicidad, pero también el de tristeza. 

Abandonar la partida no supone ni ganar ni perder, solo abandonar. Abandonarnos. 

Luego tu mirada volverá a hacer de las suyas, viajando por recovecos de mí que ya te prohibí una vez. 

Y una vez más, haremos de este diciembre un nuevo octubre, aunque esta vez sin caricias ni palabras bonitas. Sin magia. 

Volver significa retroceder. Revivir sin reinventarse. Y a mí hace tiempo que eso ya no me sirve de nada. 

Pasará el tiempo y seguirás con tu estúpida manía de que es el tabaco el que me hace daño y no tú. Y seguirás prometiendo amaneceres que jamás llegarán, con la picardía del que sabe que una debilidad es un castigo del que jamás te puedes librar.


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