domingo, 5 de junio de 2011

Hate-

Perdona, lo sé, te debo una disculpa. Olvidé aquello, de que mis latidos son contaminación sonora para tus oídos. Quiero creer, que por eso ahora no oyes (o no escuchas) mis gritos. Que en la realidad paralela, donde habita lo invisible a los ojos, desgarran, sin dejar huella ni eco, el silencio de una noche que no tiene ni puta gracia sin ti.

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