viernes, 3 de junio de 2011

Sigue

Lo primero que hiciste fue besar las goteras de mis ojos, pintar de luz mis paredes grises, subir las persianas y traducir a mi idioma de minifaldas tu viento de risas en primavera. Luego te paseaste furtivo, entre andamios que se caían por las resacas y me ofreciste los buenos días para el tiempo que me hiciera falta. Toda la vida...te dije. Y en lugar de asustarte sonreíste, como si no te importara. Desde entonces, en la cama o fuera de ella, siempre la misma palabra: sigue, sigue, sigue...

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